Secuelas emocionales del abuso sexual
Las secuelas emocionales en las víctimas de abuso sexual varían considerablemente dependiendo de cada individuo. La reacción y el impacto pueden ser distintos según el carácter de la persona, la edad en la que ocurrió el abuso, si fue perpetrado en el entorno familiar o no, y la duración del mismo. Sin embargo, los psicólogos pueden identificar algunas secuelas comunes en los adultos que fueron víctimas de abuso sexual en su infancia.
Desconfianza: Muchos abusos sexuales ocurren en el entorno familiar, lo que puede generar desconfianza en el niño hacia figuras de autoridad y afectar su autoestima y sus miedos.
Problemas sexuales: Las víctimas pueden experimentar dificultades con su propia sexualidad o en el establecimiento de relaciones, lo que puede llevar a comportamientos de evitación o de riesgo. Además, existe una mayor probabilidad de revictimización en el futuro.
“El efecto durmiente”: En algunos casos, los niños pueden reprimir o aparentemente olvidar el abuso sexual sufrido, pero este trauma puede resurgir más adelante con consecuencias más graves, como el abuso de sustancias.
Secuelas emocionales a corto y largo plazo: Según el estudio “Secuelas emocionales en víctimas de abuso sexual en la infancia” de E. Echeburúa y P. de Corral, las secuelas pueden manifestarse de manera distinta a corto y largo plazo.
- A corto plazo, los niños pueden negar el abuso o experimentar sentimientos de culpa y vergüenza.
- A largo plazo, pueden surgir problemas sexuales, depresión, trastorno de estrés postraumático y dificultades para controlar la ira, manifestada en conductas violentas o autolesivas.
Fases en la superación del abuso sexual infantil en adultos
El proceso de recuperación para aquellos que han sufrido abusos sexuales en la infancia es un viaje largo y complejo. Se han identificado diversas fases en este proceso, cada una de las cuales juega un papel crucial en la sanación y la reconstrucción del individuo. En este artículo, exploraremos las distintas etapas de recuperación basadas en la clasificación elaborada por el psicólogo y terapeuta Mic Hunter, quien cuenta con décadas de experiencia en este campo.
Es importante destacar que estas fases no son lineales ni están destinadas a ser superadas en un orden específico. Más bien, son procesos interconectados en los que avanzar en una etapa puede influir en el progreso de las otras. Desde la negación inicial hasta la aceptación y el perdón, cada fase representa una parte integral del camino hacia la sanación y el crecimiento personal.
1. Negación
La negación es a menudo el primer mecanismo de defensa que una persona utiliza para lidiar con el trauma del abuso sexual infantil. Puede manifestarse de diversas formas, desde la supresión de recuerdos hasta la negación activa de que el abuso ocurrió. Es común que las víctimas repriman los recuerdos dolorosos como una forma de protegerse a sí mismas, a menudo sin siquiera ser conscientes de ello.
La amnesia disociativa, donde los recuerdos del abuso son completamente suprimidos de la memoria consciente, es un ejemplo extremo de negación. Esta forma de negación puede persistir durante años, hasta que algún evento desencadenante provoca la recuperación de los recuerdos reprimidos.
2. Negociación
En la fase de negociación, la persona comienza a reconocer que algo sucedió, pero trata de minimizar su impacto o justificarlo de alguna manera. Pueden surgir sentimientos de culpa o autoinculpación, así como una tendencia a racionalizar o trivializar el abuso. La persona puede esforzarse por convencerse a sí misma de que el abuso no fue tan grave o que de alguna manera fue su culpa.
La negociación puede implicar dudas sobre la validez de los propios sentimientos o experiencias, así como intentos de perdonar prematuramente al abusador sin enfrentar completamente el trauma subyacente. Es importante reconocer que la negociación es una etapa común en el proceso de recuperación, pero también puede obstaculizar el progreso si no se aborda adecuadamente.
3. Rabia
La fase de rabia es un período de intensas emociones, donde la persona comienza a confrontar y procesar la ira acumulada por el abuso sufrido. Esta rabia puede dirigirse tanto hacia el abusador como hacia uno mismo, manifestándose en forma de resentimiento, furia o deseos de venganza.
Es fundamental canalizar esta rabia de manera constructiva, utilizando la energía emocional para promover el cambio y la sanación. Esto puede implicar actividades como escribir cartas de desahogo o participar en terapias expresivas para liberar la ira de forma segura y saludable.
4. Duelo
La fase de duelo marca un período de profunda tristeza y pérdida por las experiencias vividas. La persona comienza a reconocer y lamentar todas las formas en que el abuso ha afectado su vida, desde la autoestima hasta las relaciones interpersonales.
Este duelo puede manifestarse en forma de llanto, melancolía o nostalgia por la inocencia perdida. Es un proceso necesario para procesar el dolor y la angustia acumulados, permitiendo así la transformación y el crecimiento personal.
5. Aceptación y perdón
Finalmente, la fase de aceptación y perdón representa el punto culminante del proceso de recuperación. La persona logra aceptar plenamente lo que ha sucedido y encuentra la capacidad de perdonar tanto a los demás como a sí misma.
El perdón no implica olvidar o excusar el abuso, sino liberarse del resentimiento y la amargura que lo acompañan. Es un acto de empoderamiento que permite a la persona reconstruir su vida con una nueva perspectiva y un sentido renovado de autoestima y confianza.
En conclusión, la superación del abuso sexual infantil en adultos es un viaje complejo que implica enfrentar y procesar una amplia gama de emociones y experiencias. A través de las diversas fases de recuperación, los individuos pueden encontrar la fuerza y la resiliencia para sanar y reconstruir sus vidas de manera significativa.
BIBLIOGRAFÍA:
- Carlos López Castilla. Psicólogo sanitario y psicoterapeuta en CAIP Psicología. (Si desea contactar con él puede hacerlo a través del siguiente enlace: contacto).
- La descripción de las fases ha sido tomada de Mic Hunter, en su libro “Abused Boys. The Negelected Victims of Sexual Abuse” editado por Ballantine Books en 1990.
- El texto de Jack Kornfield ha sido tomado de su libro “El mejor momento es ahora”, publicado por le editorial Urano en 2018.
- Secuelas en adultos de abusos sexuales infantiles